Ir al contenido principal

nota: idea x

Días después de nacer fui maldecida por mi propio hermano. El odio en él al comienzo fue instintivo, porque yo representaba una amenaza para su bienestar, pero con el tiempo todo se fue haciendo más y más consciente tanto en él como en mí. Yo fui su maldición y él me haría pagar por ello. Por su culpa soy muda y por ello he tenido que aprender a estar sola, a ser reservada y a ser muy observadores. No poder emitir sonido alguno puede ser bastante peligroso, él sabía lo que hacía.

No poder emitir sonido alguno puede ser bastante peligroso. La maldición no se limitaba a mi voz. No puedo hacer que nada suene sin importar con cuanta fuerzo golpee o raspe cualquier superficies o elemento. No importa qué tipo de fibras o cuerdas haga vibrar, ninguna de ellas produce una onda sonora. Incluso al caer mis golpes son insonoros. Lo es cada movimiento de mi boca y lo es mi respiración.

Las comadronas no tardaron mucho tiempo en notar mi afonía a pesar de mi expresión, y asustadas por mi llanto silencioso me rechazaron desde el comienzo. Eso hizo a mi madre una mujer sobreprotectora. Pero con el tiempo he logrado llegar a hacer que incluso mi madre se olvide de mi presencia. Ahora es más frecuente que lo haga, puesto que debe cuidar de mis dos hermanastros menores.

Quizá mi hermano haya creído que estaría por siempre encerrada en mí silencio. Pero algún día escribiré un libro y contaré todo lo que me ha hecho vivir.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Poema - Nocturno III

Nocturno III José Asunción Silva Una noche Una noche toda llena de perfumes,  Una noche En que ardían en la sombra nupcial y húmeda las luciérnagas fantásticas,  A mi lado lentamente, contra mí ceñida, toda,  Muda y pálida Como si un presentimiento de amarguras infinitas, Hasta el más secreto fondo de las fibras te agitara, Por la senda florecida que atraviesa la llanura Caminabas, Y la luna llena Por los cielos azulosos, infinitos y profundos esparcía su luz blanca, Y tu sombra Fina y lánguida, Y mi sombra Por los rayos de la luna proyectada Sobre las arenas tristes De la senda se juntaban Y eran una Y eran una Y eran una sola sombra larga! Y eran una sola sombra larga! Y eran una sola sombra larga! Esta noche Solo, el alma, Llena de las infinitas amarguras y agonías de tu muerte, Separado de ti misma, por la sombra, por el tiempo y la distancia, Por el infinito negro Donde nuestra voz no alcanza, Solo y mudo Por la senda caminaba, Y se...