[...] las historias de amor que los lectores de hoy exigen todavía a las novelas. Todos esos benditos lectores se quejan, según me han dicho, cuando ven que las historias de amor apenas aparecen en las novelas que compran. Como puede que muchos de ustedes sean lectores de los que exigen historias de amor en lo que leen o escuchan, yo he venido hoy aquí esta noche con el encargo por parte de Monsieut Tongoy de no escamotearles una historia de amor.
p 227 - 228
Enrique Vila-Matas
El mal de Montano
Anagrama, 2002
¡Reloj imbécil, camina infame! Tus punteros negros como alas de cuervo se estacionan en cada minuto interminable. ¡Tengo ímpetus de arrojarte lejos, de pisotearte! ¡Irónico, mordaz, impasible enemigo de los que sufren, no tienes piedad! Cuando nos ves felices te haces liviano, tus minuteros vuelan... ¡Eres perverso infesto del demonio!
p. 235
Teresa Wilms Montt
Enrique Vila-Matas
El mal de Montano
Anagrama, 2002
p 227 - 228
Enrique Vila-Matas
El mal de Montano
Anagrama, 2002
¡Reloj imbécil, camina infame! Tus punteros negros como alas de cuervo se estacionan en cada minuto interminable. ¡Tengo ímpetus de arrojarte lejos, de pisotearte! ¡Irónico, mordaz, impasible enemigo de los que sufren, no tienes piedad! Cuando nos ves felices te haces liviano, tus minuteros vuelan... ¡Eres perverso infesto del demonio!
p. 235
Teresa Wilms Montt
Enrique Vila-Matas
El mal de Montano
Anagrama, 2002
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