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diario

Últimamente me han hecho reflexionar bastante sobre el producir, el criticar, el inferir. Tengo que dejar de ser un ser pasivo. Algunas veces creo que no soy capaz de producir buenos resultados en las tareas que me interesan. Yo me mantengo pensando en que me gustaría ser escritora pero es muy poco lo que me siento a escribir. En estas últimas semanas he vuelto a sentir ese deseo de ser introvertida, la misma sensación que tantas malas jugadas me hizo pasar. Algunas veces me pregunto por qué son tan parca, tan egoísta y no logro hallar un motivo más allá de la parquedad y el egoísmo mismo. Pero estas son a la vez actitudes que no quiero superar. Ya me aburre verme repetir las mismas cosas. Esta misma tarde en otro cuaderno me dediqué a hacer esto mismo. Si intentara hacer un sin número de copias manuscritas de un mismo texto no obtendría escritos tan similares como los que puedo leer en mis propios diarios de distintas épocas.

Se me ha vuelto una adicción el leer cosas que no debo. Lo bueno es que son pasiones que parecen mermar con el tiempo. Pero mientras venía en el bus he decidido no escuchar música a ver si ejercitaba el poder observar el mundo externo. En realidad no obtuve muy buenos resultados puesto que me puse a imaginar cosas y al final me quedé dormida.
En algunas historias siempre hay un hombre que es el fuerte y por decirlo de alguna forma es el dominante, y hay otro personaje que es el sumiso, el que se deja hacer las cosas. En parte entiendo o creo entender que los autores buscan ser complacientes, buscan darle al lector lo que éste quiere, y de allí que sean tan adictivas este tipo de historias comerciales, sin embargo no son útiles en un sentido más intelectual.

Pero vuelvo y me quedo hora y horas leyendo una historia comercial tras otra, sin parar. La misma historia en diferentes matices. Pero sigo ahí esperando el final, esperando ver la unión y las declaraciones de amor de los amantes. Como si mi cerebro no quisiera funcionar como si se acostara con la boca abierta esperando a que la comida le caiga del cielo. Así es como se va quedando fofo y perezoso y como va perdiendo todo su potencial. Es así como va logrando que todo lo demás se vaya haciendo más difícil, menos interesante, y el mundo se va volviendo menos comprensible. Esto alimenta mi sentimiento de introversión y es lo que me aparta de la gente.

Luego en cualquier momento despierto y me doy cuenta de que aquellas personas que antes eran mis compañeros tienen ahora magníficos trabajos, bastante bien remunerados, se han casado o tienen hijos y no es por compararme, pero a veces es ver qué ha pasado con los demás. Cuando hago eso me empiezo a sentir desgraciada porque en lo profundo sé que yo soñaba con encontrar una pareja, con ser famosa y exitosa. Alguna vez creí que el premio por seguir a tu corazón era el obtener amor, fama y fortuna, ero para obtener estas cosas lo que hay que hacer es perseguirlas y pelearse por ellas, esforzarse por ellas, no simular que no las quieres y hacerte el bohemio.

Pero soy una persona que no sabe postergar el placer y las recompensas. Por eso me guío por lo que me cause el placer más inmediato, el placer que menos esfuerzo me exija.

Y la historia.... debería estar escribiendo una historia...


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