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cita: Kawakami

Mi familia no era lo único raro que tenía. También era raro que Hanada quisiera vestirse de mujer, o que Mizue estuviera en mi habitación a aquellas horas de la noche. Era raro que siempre acabara amaneciendo, y que el sol siempre se escondiera. También era un misterio que, en aquel preciso instante pudiéramos continuar hablando sin desplomarnos de repente.

p. 93
Hiromi Kawakami
Algo que brilla como el mar

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Poema - Nocturno III

Nocturno III José Asunción Silva Una noche Una noche toda llena de perfumes,  Una noche En que ardían en la sombra nupcial y húmeda las luciérnagas fantásticas,  A mi lado lentamente, contra mí ceñida, toda,  Muda y pálida Como si un presentimiento de amarguras infinitas, Hasta el más secreto fondo de las fibras te agitara, Por la senda florecida que atraviesa la llanura Caminabas, Y la luna llena Por los cielos azulosos, infinitos y profundos esparcía su luz blanca, Y tu sombra Fina y lánguida, Y mi sombra Por los rayos de la luna proyectada Sobre las arenas tristes De la senda se juntaban Y eran una Y eran una Y eran una sola sombra larga! Y eran una sola sombra larga! Y eran una sola sombra larga! Esta noche Solo, el alma, Llena de las infinitas amarguras y agonías de tu muerte, Separado de ti misma, por la sombra, por el tiempo y la distancia, Por el infinito negro Donde nuestra voz no alcanza, Solo y mudo Por la senda caminaba, Y se...