Me gusta ver cómo el viento mese los árboles. Me gusta cómo se mueven las nubes en el cielo. Esa fuerza de la naturaleza me hacen sentir pequeña, perdida en el universo. Puedo sentir entonces que nada de lo que haga dejará ninguna marca, nada de lo que intente ensuciará ni maltratará al mundo. Puedo sentir que soy liviana y que nada es eterno; que todo es ligero. Puedo sentirme como una niña dentro de un castillo inflable siendo capaz de lanzar mil golpes, de saltar y de ser libre sin miedo a que mis actos cambien mi entorno, sin miedo a que todo lo bueno explote y se pierda para siempre.
Pequeños escritos personales