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Aparte de 'piel de oso'

Pero el  paso del tiempo no fue fácil para Carmen. La soledad la acosaba constantemente. Las niñas significaban una carga que cuidar. No podría sentarse a hablar con ellas a un mismo nivel y compartirles sus sentimientos y pensamientos. Se sentía sola y atada a la casa. Si salía, debía hacerlo con las dos niñas, procurando no demorarse. Su vida social regresaba a ser la misma de sus primeros años y aún cuando al estar regresando sabía que se volvería a enfrentar a un añorado aislamiento, no recordaba entonces las dificultades que eso traía consigo.

Los años en que estuvo viajando se sintió libre. Pero la suyo no esa una libertad reconfortante. Estaba abrumada por la falta de límites y de apoyo. Se sentía aterrada al no saber a dónde ir o a quien acudir. El cielo mismo le pareció pesado, aplastante. Trató de adaptarse a su nueva vida, pero nunca dejó de pensar en su pasado.

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Nocturno III José Asunción Silva Una noche Una noche toda llena de perfumes,  Una noche En que ardían en la sombra nupcial y húmeda las luciérnagas fantásticas,  A mi lado lentamente, contra mí ceñida, toda,  Muda y pálida Como si un presentimiento de amarguras infinitas, Hasta el más secreto fondo de las fibras te agitara, Por la senda florecida que atraviesa la llanura Caminabas, Y la luna llena Por los cielos azulosos, infinitos y profundos esparcía su luz blanca, Y tu sombra Fina y lánguida, Y mi sombra Por los rayos de la luna proyectada Sobre las arenas tristes De la senda se juntaban Y eran una Y eran una Y eran una sola sombra larga! Y eran una sola sombra larga! Y eran una sola sombra larga! Esta noche Solo, el alma, Llena de las infinitas amarguras y agonías de tu muerte, Separado de ti misma, por la sombra, por el tiempo y la distancia, Por el infinito negro Donde nuestra voz no alcanza, Solo y mudo Por la senda caminaba, Y se...