El cuento se abre con una cita de Macedonio Fernández con la que mi hijo seguramente trata de comentar irónicamente el fin de su bloqueo literario: "Todo se ha escrito, todo se ha dicho, todo se ha hecho, oó Dios que le decían y aún no había creado el mundo, todavía no había nada. TAmbién eso ya me lo habían dicho, repuso quizá desde la vieja hendida Nada. Y comenzó." (Vila-Matas, Enrique. El mal de montano. Anagrama. 2002, p. 70)
Nocturno III José Asunción Silva Una noche Una noche toda llena de perfumes, Una noche En que ardían en la sombra nupcial y húmeda las luciérnagas fantásticas, A mi lado lentamente, contra mí ceñida, toda, Muda y pálida Como si un presentimiento de amarguras infinitas, Hasta el más secreto fondo de las fibras te agitara, Por la senda florecida que atraviesa la llanura Caminabas, Y la luna llena Por los cielos azulosos, infinitos y profundos esparcía su luz blanca, Y tu sombra Fina y lánguida, Y mi sombra Por los rayos de la luna proyectada Sobre las arenas tristes De la senda se juntaban Y eran una Y eran una Y eran una sola sombra larga! Y eran una sola sombra larga! Y eran una sola sombra larga! Esta noche Solo, el alma, Llena de las infinitas amarguras y agonías de tu muerte, Separado de ti misma, por la sombra, por el tiempo y la distancia, Por el infinito negro Donde nuestra voz no alcanza, Solo y mudo Por la senda caminaba, Y se...
Comentarios